6 de mayo de 2008

Provocaciones II





Yo quería hablarte del amor en plena calle
de ése que asalta no sólo a un corazón,
de mi Santiago plagado de "Paz Froimovich"
con sus edificios a créditos
para dividir la soledad.

Pero me quedé en tus versos,
en la mudez de las Magnolias,
las hijas de Miguel, quien ya no canta
y pienso, mujer, en cuántas muertes son otras lunas
que menguaron
sus latidos y sus voces,
como esta mía, que hoy se calla
por no poner ya más tristeza
a tu nostalgia de verdes
y de tierras sembradas de familia.

Y es que vuelves y vuelves y abres
y es como cuando llamábamos verdiazul
a los meses de poemas
y eran sorpresas las palabras,
por eso sólo quiero que tú digas,
no quiero que calles ni una sola
ni una lágrima siquiera.

Pasa, dejemos al tiempo su vacío de arroz,
la congestión de las ciudades
y tanta canción afónica y mercancía.
Yo me callo,
porque vuelves, sé que vuelves
entonces, el silencio será otra foma de palabra
un consuelo ínfimo, quizás,
un abrazarte cuando llores.

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