A dónde este mundo cuadrado
con sus ventanas brillantes,
pequeñito, como de caja de cartón
para guardar el tiempo
de trece por dieciocho
de mis septiembres en sepia.
A dónde las otras,
las que no fueron fotografía
ni superficie de espejo
ni eco de entrañas inaugurándose
para albergar la lumbre.
A dónde es que voy siempre
vértice de algo
harina o polen del instante de pan
que no es masa ni mitad
o sueño
donde ser sonrisa detenida.
Y más ahora, a dónde
estas manos sujetadas
estos ojos que se apagan, esta boca
esta sed de lluvia
y estos pies tan lejos de Valdivia
y este beso y este beso...
que es un aquí partido,
geografía de álbum
y mordaza y hambre
de algún a dónde que no sea
el oír en esta caja
cómo cae arrugado,
el universo.