17 de febrero de 2009

Debí quedarme Huilo Huilo



No tienen destino de lluvia las palabras
no mi lluvia y mi cielo de febrero
no este puente que han erosionado
ni mis árboles de sur
más al sur de las verdades

Otras
de otras será su blanco escrito
su nube remitiendo a brisas
a tardes de verano
y caricias de duraznos
sobre la piel descubierta

Debí quedarme viento
en la montaña
debí quedarme aire alto
entre los saltos de agua
en Huilo-huilo
y así ser lluvia real
y sur
y lágrima infinita
que nadie viera en el disturbio de los siglos
y su celo
por los nombres en silencio
o por llamar a las acacias
cuando podríamos hablar de tantas arboledas.


*Foto: Salto del Huilo-Huilo, IX región, Chile. Febrero de 2009
* Huilo: palabra del mapudungun = grieta o surco/ huilo-huilo, en plural= gran surco.


14 de febrero de 2009

Silencio Aparente



Sabe de mí esta geografía
de grietas y escritura desgarrada sobre el musgo

Sabe de las repetidas veces
en que me dejé caer
respiración y corteza y roca de agua
desbaratándose

Porque hay vértigo en lo tristemente inevitable
hay memoria que arrasa
y precipita el corazón al grito
como esos paisajes
que me ausentan
y me llevan de espaldas al norte
cargada de tantas y tan distintas muertes

He ahí que los brazos extendidos
también se rinden
y son apenas resonancia y viento.
A veces diluyéndose 
rugido en el salto,
hondura y surco de este dolor
que habrá de gravitar
líquido túnel 
donde hacen cauce
cada oscuridad 
en su apariencia de silencio.

12 de febrero de 2009

Signo de Aire





Hay despedida revelándose

imprudente
de camino a las afueras.

Hay mejillas aferrándose a la calma
de este aparentarnos
cuando el tronar del aeropuerto
es un pasillo interminable
de accesos con sus números
y gestos que se fijan, y maletas
mientras las manos se preguntan
por los hasta cuándo
de los besos.

Entonces será todo lo que había
en este cielo dividido.

Y serán tus palabras un modo de no sufrir
el eco de los metros cuadrados
y las calles donde me pierdo.

Entonces habrá lo que había de tus brazos
con su calidez avivando la memoria
y este refugiarse en tus espaldas
hasta que regreses.