15 de abril de 2010

Sintonía de la distancia II






Las ciudades aquí se caen
y los escombros forman laberintos
que dejan atrapados
el sueño y los miedos.
Algunos hacen como que se levantan
y retiran su pesadilla como un derrumbe,
pero siguen dormidos
porque es más sencillo que ver despiertos
la distancia hasta reconstruirse.

Yo también hago como que camino
y voy de pie sacudiéndome los años
y los restos con sus escasos comienzos,
por eso no me sirve estar cifrada
como un nombre
que el silencio fractura
hasta volverlo pedacitos
que después se olvidan en una esquina.

Te quiero aquí desnudo como un abrazo
que irriga de lluvias y de mis pájaros del sur
este gris que salgo a caminar
como si nada.
Te quiero a ti,
desnudo de versos
con la complejidad de mirar a la frontera
y del no saber si estar o no
como si nada, pero conmigo.

Y te quiero aquí para recorrer
no las huellas que dejó la poesía
ni las antiguas nostalgias
ni las tristes metáforas,
sino este sismo del que sobrevivo
con mis calles oscuras
con mis manos y el rostro a solas
con esta sintonía que me levanta en serio
cuando enciendes para mí
toda una ciudad.