y el rumor no me alcancen,
porque no tengo otra forma de sentirme envoltura,
placenta infinita y fetal en mí,
a esta edad donde la duda
es líquida como mis lágrimas.
No quiero decir cuánto palpita una cicatriz
porque es fácil pensar que de antigua ya no duele
o que ha pasado el tiempo
y debí aprender a vivir como si no fuera.
No puedo decir cuánto tiembla el corazón
porque no hará sentido
cuando del otro lado de la noche, distrae la luna.
y que cada vez se agosten mis venas,
porque no va a pasar mientras el sol se ponga
sin que se interrumpa el horizonte
y sea suficiente sombra sobre mi rostro
de perdón por haber sufrido
o por tener la herida abierta emanando silencios.
No va a pasar, porque ya no espero que se entienda
ni importa cuando la importancia tiene otro centro.
y el vacío se hará eco y lo que haga o tema será cosa mía.
Igual optaré por sonreír a las mañanas
y mi pecho abierto para las manos limpias.