15 de abril de 2024

Pequeñeces sin enumerar


Leo en mi libreta de los diecisiete
las grandezas que soñé
y si ahora intento describirlas
como banderas en las cumbres más altas,
abundan las pequeñas cosas,
aparentes insignificancias
que han orillado la checklist de logros
entre mi lista de pendientes
y tachaduras de lo que parecía importante
y hoy si acaso un papel para reciclar.

Mi nombre se fue cayendo de las anotaciones
al margen del tiempo
como aparición escurridiza entre las nubes
que cada tanto precipitaron la mirada coincidente
y el deseo de lluvia hecho palabras.

Por eso persistí en lo mínimo,
aquello con la signatura de tu yo extraviado,
estrellándose contra el calendario
y la metáfora tenaz de tu silencio
porque más allá de los versos que terminaron
arrugados en el papelero,
resuena la canción que somos.

Y porque aún no aprendí a contravenir
los latidos de mi corazón que insisten en su vértigo,
es que no me resultan las listas, acaso círculos,
pequeños
como lágrimas sin enumerar.