31 de marzo de 2024

Conjunción

Abril con sabor a Pascua
y cayendo del calendario, el beso que no muere.


Son señales, conjunción de latidos,
entonándose a un ritmo aún más reconocible
en cada cosa vital
y hasta diría entrañable,
que ocupa mi corazón
desde que puse tu rostro en la memoria
de los antes y este largo después
del primer gesto de amor
que vino a recomponernos con ternura.

Brotes de septiembre con sus campanas
y muchedumbres fecundas
de voces siempre retornando
como jazmines que al inclinarse por la lluvia
pueden impregnar su aroma a porvenir
e infinito
en esta página que escribimos, distraídos.

Expresiones a semejanza de la locura
como el eclipse que somos
para la aurora más brillante
o los pasajes con destino a amarnos
y escribirnos en mil poemas,
abrazar el calor adentro de la vida
y reconocernos propios,
conectados
cuando es imposible la nada entre los dos
y el tiempo ya no importa.



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