16 de febrero de 2008
Ejercicio de la Soledad I
Ejercer la soledad remite a nombres
y a sus tramas sonoras
que nos dejan su trazo migratorio
y que pueden trepar como brotes frescos
de un árbol junto al camino
o como aromas de noche ebria
vertida en un vaso vacío de preguntas.
No es estar solo,
nunca se está suficientemente solo
para dejar de oír.
Soledad remite a silencios que llaman a otros,
que mueven
que revelan
porque al final de todo
somos en los otros
un eco compartido.
II
Entonces, ocurre que aparece mi hermano
- que no veo hace tiempo-
con su forma fantasma y herencias que quedan,
aparecen mis amigos, mis cercanos lejanos de hace años,
y ocurre que aparecen las únicas respuestas imposibles.
¿Dónde se va gestando la soledad o nos viene
como inherencia a nuestras decisiones?
Hoy resulta que elijo escribir estas líneas
y mientras lo hago
quiero creer que una letra me acompaña.
Foto y texto: Durante los E.E. enero de 2008
31 de enero de 2008
A soñar la aurora
MÚSICA: "Aurora"
Autor: Nicolás Aldo Parente
Texto: Solange Schiaffino
Lloras.
Lo sé
y se te caen las palabras como si fueran un rocío
un tremor apenas viento
donde todo estaba.
Ahora entre las rocas debes desaprender
Y ser como los vacíos.
Lo sabes. También las piedras se desmoronan
y salan sus grietas
tristísimas y remotas
desde el origen.
No importa que no sea marzo
todo es grande desde aquí
y sé que el mundo te es ajeno,
una respiración cinematográfica
como órbita extraviada
en un paneo desde el cielo te gira inmenso
y de pronto sus grados
que son uvas
en plena madurez de verano
se desbaratan
y arpegian el mar
cuerdas como gotas
y gotas que son racimos
o uvas
perdiéndose
como las manos suyas a perderse
que si dedos o superficie
siempre a perderse.
Pero hoy has visto cómo regresas
a los tonos de la mañana
y si todavía eso no tuviera forma
aún así es tan dulce soñar la aurora
como si una piedad soplara
en el arrebato de las nubes
y fuera más que humo sobre aquella ferrovía
señalándote el camino a casa.
Lloras.
Lo sé
y se te caen las palabras como si fueran un rocío
un tremor apenas viento
donde todo estaba
y estará.
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