27 de agosto de 2009

Tal vez, de paso






Tal vez, de paso 

 Un vago temblor puede presentirme 
y mi nombre pende como hoja medio seca
en este invierno 
de semblante alargado por la lluvia, 
de calles apuradas, grises como las arboledas 
y sus aromas 
colgando también desprevenidas. 

 Son tan infinitas mis calles 
sin ecos que no concluyen 
sus vigores en los silencios 
que se afanan por andarte 
sueño imposible ni ave migratoria. 

Puede ser que el miedo tenga aroma, 
una poza que obligue a mi rostro 
caer desde el quejido en una rama 
y sea el vaivén terrible 
de este viento que levante su voz 
en el poema. 

Por eso, no quieras saber a dónde voy 
ni preguntarme cómo me llamo, 
desconocida 
ésta que dibujas por el destierro de tu boca 
tal vez sea que voy de paso 
o que no sé reconocer tu tierra sobre la mía, 
pero no sabría cómo oír 
cuando conjugas el verbo eres 
y responder que sí... todavía soy yo.


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