Hay un manzano en flor detrás del tiempo
un tiempo azaharino en lo tibio de tu boca
casi siempre
con forma de vasija, recipiente
y sensible como cuña de lengua temprana
que sabe pronunciar los sabores de la fruta
y grabarse en el labio
- así la humedad de la piedra -.
Detendría el paso de las sombras
para que permaneciera el cielo
con su cota de luces
que bien podrías encontrar en mis ojos
si ya sabes el idioma de los tristes.
Pero hoy
deja que yo te mire
y sea la tregua íntima de la lejanía
en esta oscuridad que nos traspasa.
¿Acaso no es igual para los dos
la sed de vertiente?
Deja que te mire y brille mi labial
por un momento
que palpe en tu pecho el calor que añoro
y mi seno oculto sea intuición de luna perfecta.
1 comentario:
Muy bello lo leído aquí. Felicitaciones Solage.
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