En marcha mínima, aún difusa,
soy desplazamiento
y atrás van quedando los pasajes
de pájaros picoteándose las plumas.
Como imagen arenosa y dolorida,
transcurro
llena de episodios o estaciones
que no se alcanzan a juntar.
No quiero volver a detenerme,
y cada vez
soy más tren acorazado,
¿dónde irán a romper
en llanto los aceros?
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